Cuba en África
Nueva Sociedad 36 / Mayo - Junio 1978
Cuba, un actor en la política mundial
¿Cómo ha sucedido que una nación isleña aislada y subdesarrollada con poco menos de 10 millones de habitantes de repente se haya convertido en un factor de poder político en otra parte del mundo? Para una gran parte del mundo occidental y sus clientes, un fantasma comunista se pasea a través de África bajo la forma de asesores cubanos y tropas cubanas en conexión con Moscú, si no directamente manipulados por los soviéticos. Podemos leer sobre esto diariamente en la prensa occidental. Para otros, especialmente en el Tercer Mundo, la presencia cubana en África es una ayuda bienvenida o un mal necesario en la lucha contra el colonialismo y el racismo.
Sin embargo, dejando de lado cuál es la posición que uno toma frente a las acciones cubanas, todos están de acuerdo en que la política mundial ha obtenido un actor nuevo y diferente: un pequeño país subdesarrollado que desempeña un papel activo, que en muy importantes casos, es decisivo en el desarrollo político de otros países. Hasta ahora, este papel había sido monopolizado por los Estados ricos y por los poderes coloniales, generalmente con connotaciones negativas y para su propio provecho.
El discurso de Navidad de Fidel Castro
Mucho se ha escrito y especulado acerca de los motivos cubanos para su presencia en África. Pero pocos análisis se han hecho partiendo de las propias declaraciones cubanas y los motivos expresados por ellos. Con esto no quiero decir que empezando desde ese punto uno va a llegar necesariamente a la verdad total, pero vale la pena notar que nadie dentro del debate sueco, y muy pocos dentro del debate internacional, ha estudiado el principal discurso programático de Fidel, pronunciado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 24 de diciembre del año pasado. Ese discurso fue probablemente uno de los más importantes y más interesantes de Castro durante la década del 70, pronunciado con toda la virtuosidad y el poder que caracteriza a uno de los mejores oradores políticos contemporáneos. El discurso, que tuvo una duración de dos horas, contiene un detallado análisis del desarrollo interno del país y una apasionada defensa del compromiso internacional cubano, así como un largo y sutil propósito de entendimiento con Estados Unidos.
En su discurso, el primer ministro cubano dio la clave para varias de las preguntas que se presentan acerca del compromiso africano. Veamos qué es lo que se dijo y hagamos algunos comentarios sobre ello.
La primera impresión es que los líderes políticos cubanos se sienten relativamente satisfechos con el proceso de desarrollo interno. Este ha dado buenos y promisorios fundamentos para el futuro. A partir del sentimiento de una creciente confianza en sí mismos, se inspiran para obtener un clima político más abierto y para una mejor y más activa política exterior.
El clima cultural ha mejorado. Un signo de esto es el establecimiento de un Ministerio de Cultura, para estimular, entre otras cosas, la creatividad. El ministro, Armando Hart, está muy cerca de Fidel y se ha propuesto romper barreras y prejuicios. En un discurso muy comentado, dijo, dirigiéndose hacia aquellos que piensan que la revolución no podía afrontar los mayores experimentos culturales:
«Ahora hemos creado justicia; pongamos ahora nuestros esfuerzos en las artes».
Confianza en sí mismos y prisioneros políticos
Yo le pregunté a mis huéspedes: con esta situación, ¿no deberían los líderes cubanos sentirse lo suficientemente seguros y generosos como para dar amnistía a los presos políticos?
Esto es lo que un cubano muy importante me contestó: «Nosotros hemos liberado a la mayoría de los prisioneros políticos. De los 15.000 prisioneros originales quedan solamente hoy día 3.200. De estos liberaremos a la mayoría en los próximos años. Deberíamos haber empezado este proceso probablemente ya el año pasado, pero el sabotaje a un avión cubano de pasajeros, en el cual murieron 80, eliminó las condiciones para llevar a cabo tal política en ese tiempo». (Otra razón de que este proceso se haya demorado es que están con pocas ganas de dar la apariencia de estar sucumbiendo ante la ofensiva sobre derechos humanos de Carter).
«Tenemos 85 prisioneros complicados. Casi todos ellos van a cumplir sus sentencias completas, ya que están en una constante rebelión contra todas las normas internacionalmente establecidas de las prisiones. Muchos de ellos han estado implicados en intentos de asesinatos contra Fidel y otros».
Yo pregunté por Huber Matos, el prisionero cubano más conocido. Su esposa se queja de que el estado físico y mental de su marido es muy crítico a causa de las miserables condiciones de la prisión. La persona con que estuve hablando contestó: «Puedo dar mi palabra revolucionaria, de honor, de que ni Matos ni otro prisionero sufren de necesidades físicas hoy día. Sus condiciones han sido ostensiblemente mejoradas. Nadie es torturado en las prisiones cubanas. Nadie sufre a causa de malas celdas o precaria comida. Recientemente hemos construido una nueva y moderna prisión 'Combinado del Este' adonde llevaremos a la mayoría de los prisioneros políticos. Su costo fue de 14 millones de pesos, tanto como hubiéramos necesitado para construir 14 nuevas escuelas; además, puedo revelar la siguiente noticia: pregúntele al presidente de Amnesty International, Tomás Hammarberg, sobre las condiciones en nuestras prisiones. Él estuvo en Cuba para una visita de nueve días, a fines de noviembre y principios de diciembre del año pasado, en representación de Amnesty. Esta ha sido la primera vez que un representante de Amnesty International ha tenido permiso para visitar Cuba».
Confianza en sí mismos y política exterior
Castro establece, en la introducción de su discurso, que la Asamblea Nacional Cubana terminó su primer año de trabajo aprobando el primer presupuesto público del país, que llegó a más de nueve millones de pesos. Además, apuntó otras dos decisiones menores, pero que para Cuba son muy importantes: se va a poner fin a la creación de nuevos así llamados «salarios históricos» -profesionales calificados tenían permiso para mantener los salarios que tenían antes de la revolución- así como la aprobación de un nuevo código de seguridad en el trabajo.
Un factor muy importante en la nueva confianza en sí mismos de Cuba es el apoyo de la URSS y de los otros países del COMECOM. Fidel usa un argumento simple y poderoso para ilustrar la situación del país, su dependencia del precio de materias primas en el mercado mundial, y el valor de la relación especial de Cuba hacia la URSS:
«Si viviéramos en la época prerrevolucionaria, con los precios que tiene ahora el petróleo en el mercado mundial, todo el azúcar de Cuba con los precios que tiene hoy en ese mercado, apenas alcanzaría exclusivamente para comprar el petróleo que consume el país. He oído a algunos preguntar cuándo se habría efectuado la revolución en Cuba si no se hubiera producido en 1959, y uno siente la tentación de decir: si no se hubiera producido en 1959, se efectuaba ahora. Porque no sé qué haría hoy nuestro país en aquellas condiciones».
Castro enfatiza que no todos los países pudieron disfrutar de las mismas conexiones ventajosas con el bloque oriental como Cuba. Él continúa:
«Baste decir que nosotros estamos consumiendo casi nueve millones de toneladas de petróleo, o de combustibles -que de petróleo crudo sería más, porque consumimos parte petróleo y parte petróleo refinado-, y que para el año 1978 será alrededor de nueve millones y medio de toneladas de petróleo. A los precios mundiales, eso equivale a entre 800 y 900 millones de dólares. Exportando azúcar al área capitalista, a los precios que tiene ahora, suponiendo un mercado de 5.000.000 de toneladas de azúcar para Cuba en el área capitalista -que ese mercado ni existe ni existirá, por supuesto-, a los precios de ahora, 5.000.000 de toneladas de azúcar exportadas al área convertible, darían algo más de 800 millones de dólares. Prácticamente no alcanzaría para pagar el petróleo -ya no todos los alimentos, materias primas, equipos y productos que el país tiene que importar-, ¿qué sería del país sin la Revolución y sin las excelentes relaciones de intercambio que nosotros hemos creado con el campo socialista y especialmente con la URSS?».
Cuba y la URSS
Castro hace mención del arreglo comercial con la URSS, extremadamente favorable, el cual entre otras cosas garantiza a Cuba un precio fijo alto para la venta de azúcar y un precio uniforme y relativamente barato por el petróleo ruso. Fidel dio más ejemplos sobre la riesgosa situación cubana: el precio del azúcar bajó drásticamente de seis a siete veces, de 50 centavos por tonelada bajó hasta ocho centavos, dentro de un corto tiempo. Eso es un fuerte golpe para un país que debe vender una gran parte de su azúcar para poder obtener los productos occidentales necesarios. Al mismo tiempo, los productos que debían importar triplicaron su precio, mientras que otras materias primas y productos importados también sufrieron un gran aumento. Simultáneamente, la crisis internacional llevó a un decrecimiento en la demanda de níquel, del que Cuba tiene un stock sin vender, desde el primer día.
Esta situación, según Castro, llevó a muchos países subdesarrollados, y particularmente en Latinoamérica, a hondas crisis políticas y dictaduras militares. Pero, a pesar de estas dificultades, en Cuba fue posible mantener un nivel de consumo de materiales de estudios, vestidos, educación, trabajo y salud. ¿Qué otro país en circunstancias parecidas ha podido hacer algo similar?, se pregunta el líder cubano retóricamente.
«Cuba ha continuado pagando sus obligaciones económicas internacionales, no hay una sola deuda sin pagar, mientras que los países subdesarrollados, en general, se ahogan dentro de sus deudas. Al mismo tiempo, nuestra tasa de crecimiento ha crecido en una dirección positiva de 3,8% en 1976 a un poco más de 4% en 1977 y a un incremento calculado de 7,4% en 1978. ¿Qué otra nación ha sido capaz, en medio de una profunda crisis económica internacional, de incrementar el número de estudiantes medios de 590.000 en 1975 a más de un millón en 1978? Aún más, construiremos 31.000 nuevas residencias y crearemos 120.000 nuevos empleos durante 1978».
Mantener la mentalidad del periodo de las vacas flacas
Pero, a pesar del hecho de que los años flacos parecieron llegar a un final, Fidel estableció que los cubanos deben mantener la mentalidad del periodo de las vacas flacas. Ellos pueden contar con mantener su «standard» durante los próximos siete años, mientras que trabajan para consolidar la economía y disminuir la dependencia extranjera. No para incrementar aún más el consumo privado.
La verdad es, de acuerdo con Fidel, que «nuestra generación de revolucionarios debe reconocer resignadamente que ellos llevan la peor parte de la revolución. Quizás, el mayor honor, pero también, las mayores privaciones. Uno se debe sacrificar en favor de las futuras generaciones».
«El presupuesto de Cuba nos muestra que de los pocos más de nueve billones de pesos, 1,5 billones van hacia la salud y la educación con 600 millones para propósitos sociales. Comparemos eso con los 784 millones de pesos que designamos para defensa y seguridad internacionales. Eso significa que destinamos dos veces más para la educación y la salud que para el ejército y la seguridad, lo que constituye solamente 8% del presupuesto», dice Castro dirigiéndose hacia el Occidente.
«Hemos llegado lejos desde el punto donde empezamos», ha dicho. «La revolución tiene 19 años, pero está todavía en el grado de kindergarten»; a esto él agrega el desarrollo político interno.
Cinco diferentes presidentes norteamericanos han estado contra la revolución cubana -Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon y Ford-. «Ellos han desaparecido, pero la revolución todavía está aquí», dice Castro mientras habla sobre Estados Unidos.
Cuba y Estados Unidos
Tanto Estados Unidos como Cuba han hecho gestiones para un reacercamiento, «pero el obstáculo más importante está aún allí: el bloqueo».
«Estamos en favor de la paz y de la détente, en favor de mantener buenas relaciones con Estados Unidos por el bien de las futuras generaciones. Ellas necesitan la paz para poder ser capaces de tratar los mayores problemas del futuro: comida, crecimiento incontrolado de los pueblos, polución, falta de recursos naturales, problemas del desarrollo.
Por eso es que estamos deseosos de trabajar para mejorar las relaciones, sin embargo, no al costo de nuestras relaciones con la Unión Soviética. Eso nos beneficiaría a nosotros material y económicamente.
Cómo puede Estados Unidos decir que nuestra presencia en Angola puede influir nuestras relaciones bilaterales. Ellos hablan de asesores en diferentes países africanos, ellos tienen una lista que en muchos casos es falsa.
¿Qué moral tiene Estados Unidos para hablar de los soldados cubanos en África? ¿Qué moral puede tener un país cuyos soldados están en todos los continentes, que tiene más de 20 bases militares, por ejemplo, en Filipinas, decenas de bases en Okinawa, en Japón, en Asia, en Turquía, en Grecia, en la RFA, en Europa, en España, en Italia y en todas partes? ¿Qué moral tiene Estados Unidos para esgrimir el argumento de nuestros soldados en África, cuando sus soldados están por la fuerza, en el territorio panameño, ocupando una fracción de ese país? ¿Qué moral tiene Estados Unidos para hablar de nuestros soldados en África, cuando sus soldados están en nuestro propio territorio nacional, en la Base Naval de Guantánamo?
Si vamos a hablar de soldados que están donde no deben estar, y que sí tienen mucho que ver con las relaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, de los únicos soldados que puede hablarse es de los soldados que están en la Base Naval de Guantánamo. Es el único punto, en materia de soldados en otros países que podemos discutir.
Sería ridículo que nosotros ahora le dijéramos al gobierno de Estados Unidos que para que puedan restablecerse o mejorarse las relaciones entre Cuba y Estados Unidos tienen que retirar sus soldados de Filipinas, o de Turquía, o de Grecia, o de Okinawa, o de Corea del Sur. Si les da la gana de retirarlos de esos países, que los retiren, cuando los retiren; pero sería ridículo que les dijéramos ahora: tienen que retirar sus soldados de RFA, porque, si no, no puede haber relaciones. O decirles: estamos muy disgustados por los soldados que tienen allí en la RFA, no puede haber relaciones. Entonces dirían: estos tipos están locos. Y entonces, ¿por qué ellos lo pueden decir? Porque no parten de un criterio de lógica, de equidad ni de igualdad de ninguna clase. Es la prepotencia imperial. ¡Prepotencia imperial! Los imperialistas pueden tener soldados, asesores en todas partes del mundo, y nosotros en ninguna parte. ¡Vaya concepto de la lógica, de la equidad y de la igualdad que tiene el gobierno de Estados Unidos!».
Solidaridad con África
«Nosotros en África apoyamos gobiernos que han solicitado nuestra cooperación, gobiernos constituidos, y se trata de gobiernos revolucionarios y progresistas. Nuestros asesores militares no están junto a ningún gobierno fascista en ninguna parte del mundo, nuestros asesores no están junto a ningún gobierno reaccionario en ninguna parte del mundo. Nuestros asesores militares están junto a gobiernos que ayudan al pueblo y apoyan al pueblo, que son revolucionarios o son progresistas.
Nosotros no tenemos asesores militares en países como Chile -para citar un ejemplo-, en países fascistas. Estados Unidos, aparte de todas las bases que tiene en el mundo, tiene instructores y asesores militares en decenas de países, y en algunos lugares por miles, como en Irán, en Arabia Saudita y países por el estilo. Estados Unidos tiene asesores militares en casi todos los países de América Latina. Estados Unidos envió asesores militares y formó los ejércitos de los gobiernos más represivos, más sangrientos y más reaccionarios de este hemisferio.
La diferencia fundamental entre el asesoramiento de Estados Unidos es que Estados Unidos jamás asesorará a un pueblo revolucionario ni progresista; y siempre asesorará, por lo general, a gobiernos reaccionarios y fascistas. Cuba revolucionaria asesora a gobiernos revolucionarios y progresistas.
Nuestra revolución tiene muchos soldados y muy buenos soldados, decenas de miles de oficiales entre los oficiales regulares y la reserva; y cientos de miles de combatientes entre los soldados regulares y las reservas. La culpa la tienen ellos, la culpa la tiene el imperialismo yanqui que nos obligó, con sus agresiones y sus bloqueos, a tomar estas medidas elementales para sobrevivir.
Y, no negamos, apoyamos y les hemos enviado asesores militares a numerosos países de África, eso está claro, clarísimo, y con eso no negociamos. Eso no tiene nada que ver con la nueva administración de Estados Unidos; esa es la tradicional política de nuestra revolución. ¡Ayudamos y ayudaremos a Angola! ¡Ayudamos y ayudaremos a Mozambique! ¡Ayudamos y ayudaremos a la revolución etíope! Si por eso nos bloquea Estados Unidos, que nos bloquee.
¿Por qué no bloquea Estados Unidos a Suráfrica, país racista, fascista, cuyos soldados cometen crímenes en África, cuya minoría oprime a 20.000.000 negros? ¿Por qué no bloquea a Rhodesia, donde 300.000 fascistas blancos oprimen a 6.000.000 africanos, un país cuyos soldados perpetran masacres incalificables de hombres, mujeres y niños en Mozambique? Por ahí han aparecido las fotografías de las tumbas de los niños y las mujeres, ancianos asesinados como hacían los fascistas de Hitler. ¿Por qué no los bloquean? ¿Por qué los imperialistas yanquis no bloquean a Pinochet? Bloquean a Cuba. Lo que los pueblos entienden, lo que entienden los pueblos africanos, es que mientras los imperialistas yanquis están al lado de Suráfrica, de Rhodesia, de los gobiernos represivos y reaccionarios de África; nosotros estamos al lado de los pueblos revolucionarios y progresistas del África, nosotros luchamos contra el fascismo en África, nosotros luchamos contra el racismo en África.
Pero si el gobierno de Estados Unidos se empeñara en una política de chantaje contra nosotros y de presiones, en una política, en una conducta inmoral contra nuestro país, manteniendo su bloqueo como un arma innoble y criminal contra nuestro pueblo; si el gobierno de Estados Unidos cree que para que mejoren las relaciones, nuestro pueblo tiene que abandonar sus principios, entonces, de la misma forma que hemos luchado contra cinco presidentes de Estados Unidos, lucharemos contra el sexto presidente de Estados Unidos».
Derechos humanos
«Los Estados Unidos han contribuido a crear contrarrevolucionarios, ahora los quieren fuera de la prisión.
Hemos liberado miles y miles de contrarrevolucionarios, ni el 20% de los contrarrevolucionarios que había en prisión hace 12 años se mantiene ahora en prisión y hubo épocas que tuvimos más de 15.000. Nunca hemos torturado, nunca hemos hecho 'desaparecer' a nadie, jamás se movió un batallón a la calle a luchar contra obreros o contra campesinos o contra estudiantes. Gobiernos aliados de Estados Unidos en este hemisferio hacen desaparecer por millares a las personas, torturan, asesinan. Eso no impide que Estados Unidos comercie con ellos, les facilite créditos, les venda armas, les envíe asesores militares.
Con qué derecho pueden los Estados Unidos hablar de derechos humanos cuando ellos han matado millones de vietnamitas. Al mismo tiempo decimos: si los Estados Unidos liberan un número igual de negros norteamericanos que están mantenidos en la prisión a causa de la explotación, del hambre, de la necesidad, de la discriminación y del desempleo, entonces estamos preparados para liberar todos los prisioneros contrarrevolucionarios que aún quedan en Cuba. Los Estados Unidos tienen un gobierno de la minoría para la minoría. Cuba tiene un gobierno del pueblo para el pueblo».
Así termina Fidel su propósito de entendimiento con los Estados Unidos.
Bienestar e ideología
Fidel habla aún un largo rato y en detalle. Oírlo es fascinante e inspirador. Es como si sus argumentos fueran mucho más allá de las fronteras cubanas, dentro de los pueblos y gobiernos progresistas, particularmente en el Tercer Mundo.
En Cuba, él atrae a las masas tanto ahora como antes. Es el líder incondicional de la revolución. El sabe que habla para un pueblo que está consciente de que sus condiciones materiales nunca han sido mejores. Ellos no cuestionan los datos estadísticos como sucesos. Si uno ha visitado Cuba en los diferentes periodos nota que el «standard» material ha ido mejorando poco a poco. Las «colas» enfrente de los negocios y los restaurantes han disminuido marcadamente.
A lo largo de toda la isla, crecen las escuelas, las casas, los hospitales, todo tipo de instituciones. Las posibilidades de comprar «por la libre» sin una tarjeta de racionamiento han aumentado. Posiblemente este desarrollo ha hecho que muchos de los cubanos en el exilio «hagan cola» en España y Estados Unidos esperando que les sea permitido retornar a su país de origen.
Es indiscutible que el apoyo de la URSS y de otros países orientales contribuye significativamente al bienestar material de Cuba. Pero, sin la movilización cubana, de sus propios medios y recursos humanos, sin la estricta disciplina de trabajo y los sacrificios realizados, la rueda del desarrollo nunca hubiera rodado lo suficiente.
Nunca podemos olvidarnos del hecho de que Cuba es el país latinoamericano que hasta ahora ha tenido el mayor éxito en satisfacer la mayoría de las necesidades del pueblo.
La Cuba de los años 70 es un ejemplo para su continente en el plano civil. Esto sucedió contra los deseos de Estados Unidos, y con el apoyo de la URSS, sin el cual la revolución hubiera fracasado. Los cubanos se acuerdan de esto constantemente, por eso es que la gratitud hacia la URSS es sincera. También, es por eso que el partido comunista cubano encuentra poca oposición ideológica en sus intentos de implantar, especialmente en la nueva generación, las tesis marxistas-leninistas. La propaganda marxista-leninista se distribuye a una gran base ahora, luego de la creación de las nuevas instituciones: Congreso del Partido, Asamblea Nacional, la Unión del Congreso de la Central de Trabajadores, esta última tiene este año grandes posibilidades de echar raíces en el pueblo. Pero no es una cuestión de imitar los modelos orientales, sino que es más bien una versión idealista de la doctrina.
Un nuevo internacionalismo
«En Cuba todavía existe entusiasmo por la revolución, pero ahora se está consolidando por medio de una conciencia política», dice el ministro cubano de Relaciones Exteriores. «La generación joven es más radical que la nuestra, ellos también son diferentes, ellos solo han tenido la experiencia de la sociedad revolucionaria, ellos no llevan el peso de ningún legado del viejo orden».
Los líderes cubanos piensan que el espíritu revolucionario de los jóvenes es una de las razones por las que Cuba ha podido comprometerse tan fuertemente, y sin mayor problema de reclutamiento, para las acciones de solidaridad en el exterior.
Cuando yo pregunté: cómo se puede mantener el entusiasmo revolucionario durante un largo periodo de tiempo, digamos 44 años, muchos me hablaron del internacionalismo. Un ejemplo: Cuba ahora entrena aproximadamente a 1.000 médicos por año, en un par de años más, ese número se va a ver incrementado a 3.000, eso cubre las necesidades del país. En ese momento Cuba tendrá la posibilidad de enviar afuera miles de médicos hacia países subdesarrollados. Este mismo caso se va a dar con los ingenieros e instructores de varios tipos. Es una especie de cuerpo de paz activo. El hecho de que el aspecto militar haya llegado a predominar es solamente el resultado de las necesidades que el imperialismo crea. La solidaridad internacional da a los jóvenes la posibilidad de desempeñar papeles heroicos, ellos ven a Fidel y a los otros héroes de la guerrilla, pero no pueden tener un papel similar en Cuba. El deseo de vivir aventuras y de heroísmo tiene una meta en otros países, «esto es una parte importante y constante de la revolución cubana», explicó un alto mandatario cubano. «Corrimos el riesgo de volvernos burocráticos durante ese periodo en que los líderes locales fueron tomados de la mano por el partido. Ahora tenemos 'poder popular', que es la base donde pueden ejercer sus influencias. De esta forma, hemos iniciado un proceso irreversible de centralización y evitado una situación que paralizó a las sociedades en muchos de los países orientales. Aquí no puede suceder, como sucedió allí, que uno está más preocupado por el consumismo que por el comunismo, olvidando totalmente el fervor revolucionario. Por eso es que damos valor a nuestros jóvenes para comprometerse internacionalmente, y es bien sabido que no faltan los países deseosos de recibir esta solidaridad».
El porqué de la presencia cubana en África
Aparte de la confianza en sí mismos recientemente ganada y del deseo de heroísmo dentro de los jóvenes, los cubanos también dan una serie de otras razones para su compromiso en África.
Los cubanos se refieren constantemente al lazo histórico; la relación que viene del hecho de que una gran parte de los esclavos negros que los conquistadores trajeron a Cuba venían precisamente de Angola. La participación en la lucha contra el colonialismo es una forma de venganza retroactiva tomada por los descendientes de esos esclavos.
Cuba tiene una larga tradición de internacionalismo revolucionario
Ya durante la lucha contra los españoles en el siglo pasado, José Martí escribió en la Constitución cubana que la liberación debería también aplicarse a Puerto Rico. El principio de solidaridad internacional está escrito en la presente Constitución. Más tarde, durante los años 60, la tradición fue tomada por el Che Guevara y en el apoyo a las luchas guerrilleras en los diferentes países de Latinoamérica. Durante la Conferencia Tricontinental de La Habana se reunieron movimientos de liberación de todas partes del mundo y se prometieron apoyo unos a otros. En ese momento, el asunto era derrocar gobiernos y luchar contra el colonialismo. El Che y 200 cubanos estuvieron presentes en África en la lucha contra Tshombe en el Congo. Los cubanos tomaron parte al lado del FLN en la guerra de Argelia; la solidaridad cubana en los años 70 consistió en el apoyo a los gobiernos contra la agresión, como en Vietnam y Angola, contra el colonialismo en el África del Sur. Hay que recalcar que esta colaboración se basó en acuerdos oficiales entre los gobiernos.
Cuba misma ha tenido una amarga experiencia de agresiones, sabotajes e intentos de desestabilización
La invasión sin éxito en 1961 de Bahía Cochinos, el bloqueo desde 1962, una serie de sabotajes que culminaron con la explosión de un avión civil cubano en 1976 que costó 80 vidas. «Durante esos años difíciles, recibimos apoyo de otros movimientos revolucionarios tales como el MPLA y el FRELIMO. Nosotros ahora estamos devolviendo esa solidaridad». Esta es la razón por la cual se da el apoyo activo, por ejemplo, a SWAPO al Frente Patriótico.
La caída del gobierno de Allende en Chile y la participación de la CIA mostraron bajo qué peligros viven los regímenes progresistas
El mundo se ha convertido en un escenario para la lucha entre el imperialismo y la revolución. Los regímenes progresistas están unidos estrechamente para ayudar a los gobiernos de ideas similares. Se podría agregar que la mayoría de los ataques a los Estados independientes de África han sido efectuados por mercenarios occidentales.
Hasta aquí los razonamientos y argumentos cubanos. En gran parte estos razonamientos son fáciles de entender y aceptar, en algunos casos son dudosos, y en el caso de Etiopía muy debatibles. Pero, en cualquier caso, la presencia espectacular de Cuba en África nos presenta una serie de preguntas.
¿Cuba está siguiendo los mensajes de la URSS?
La primera pregunta: ¿está Cuba dentro de la cuerda de la Unión Soviética, llevando a cabo la política exterior de Moscú, en los casos en que Moscú mismo debe actuar más discretamente?
Pocos observadores serios creen en un papel tan parcial para Cuba. En un extenso e interesante artículo publicado en la revista del gobierno americano Problemas del comunismo, a fines de 1977, el profesor estadounidense Edward González desecha esta idea. El New York Times escribió en un artículo muy comentado llamado "Llegan los cubanos" que el compromiso cubano en África, con excepción de Angola y Etiopía, es mayormente un programa de ayuda convencional, de bajo capital y abundante ayuda técnica -y con sorprendentes paralelos con la ayuda de Israel a África a lo largo de la década de los 60-.
Pero es obvio que las ambiciones de política exterior soviéticas y cubanas coinciden en muchas regiones como, por ejemplo, en África. También está claro que Cuba no hubiera sido capaz de comprometerse a sí misma tan rápida y profundamente en Etiopía sin un apoyo logístico significativo de parte de la Unión Soviética. La parte militar del presupuesto que Castro anunció nos muestra que el compromiso del país con África debe ser pagado en una gran mayoría por la URSS. Pero también está bastante claro que aun sin el apoyo soviético, Cuba hubiera ayudado al MPLA en Angola a un menor gasto material. La solidaridad entre La Habana y Luanda es mucho más fuerte que las respectivas relaciones Moscú-Luanda o Moscú-La Habana. En este contexto también es interesante recordar las fuertes contradicciones que existieron entre Moscú y La Habana, a lo largo de los años 60, cuando el Che Guevara y su guerrilla fueron vistos por los soviéticos como unos aventureros pequeño-burgueses. También en 1962 los líderes cubanos tuvieron la experiencia del llamado «Grupo Escalante», pro-moscovita, que trató de tomar el poder en Cuba.
Cuba: ¿aliado o proscripto?
Segunda pregunta: ¿cómo puede Cuba enviar tropas y asesores a un continente con las experiencias tan amargas que ella ha tenido con las expediciones militares extranjeras?
Pienso que podemos olvidarnos de la aseveración de que una África unida desacredita a Cuba en África. Probablemente, hay muy pocos que en realidad creen que los cubanos esperan obtener ventajas económicas de este compromiso o cualquier tipo de ventaja territorial o de obtener bases. El día que los cubanos consideren que han cumplido su misión, la mayoría de las unidades militares volverá a casa.
Pero es claro que los africanos, en general, querrían ser capaces de tratar sus propios problemas sin ayuda intercontinental. Las dictaduras de derecha y los Estados conservadores, más que nada, ven la presencia cubana en el área como un peligro. Pero, también, están aquellos que ven a Cuba como un aliado bienvenido. El viaje de Fidel al África, de un mes de duración, el año pasado, fue algo así como una marcha triunfal a través de ocho Estados árabes y africanos. El artículo publicado en la revista Jeune Afrique del 22 de febrero de este año expresa lo que probablemente muchos africanos conscientes piensan:
«El interés africano en una situación en donde toda la intervención y dominación extranjera, la francesa entre otras, no ha sido eliminada, está en la presencia de Rusia y de Cuba...
Sin ellos, el colonialismo portugués, y antes el francés, se hubieran quedado mucho más tiempo. Sin ellos, los dos renegados de Occidente, es decir, la Rhodesia de Smith y la Sudáfrica de Vorster, hubieran sido mucho más fuertes. Sin ellos, las acciones anglo-belgas de Katanga y Biafra hubieran causado mayores daños. Sin ellos, la dominación occidental y la explotación hubieran sido mucho peor de soportar.
A nivel de principios, sea en el Oriente Medio o sea en África, la Unión Soviética y Cuba han tomado hasta ahora una actitud irreprochable».
Afro-comunismo
El editor jefe de Jeune Afrique puso el dedo en el corazón de la cuestión: son los pecados de la Europa colonial y de las potencias occidentales los que han creado la necesidad de una ayuda externa para África. Si Cuba no hubiera corrido en ayuda del MPLA en Angola, hoy día habría en el palacio presidencial de Luanda un títere sudafricano. Y mientras Sudáfrica continúe apoyando a la UNITA en el sur, la presencia cubana en Angola también será aceptada. Las potencias occidentales no han movido un dedo para prevenirlo, al contrario, muchos en Occidente han deseado una victoria de la UNITA. En Etiopía, las potencias occidentales han creado un monstruo de Frankenstein a través de décadas de apoyo y rearmamento de las dictaduras feudales. Cuando el pueblo un día se levante no será sorpresivo que no solo se vuelvan contra los opresores nacionales sino también contra aquellos integrantes del pueblo y del sistema que ayudaron a ese régimen. ¿No es extraño que Mengistu y sus camaradas se hayan vuelto revolucionarios militantes con la Cuba marxista-leninista como modelo? En todo este contexto, ¿no es sorprendente que un cierto afro-comunismo haya echado raíces en países como Angola y Mozambique? Un líder de la resistencia sudafricana expresó su tendencia de esta forma: para Sudáfrica el proceso conduce inexorablemente en la dirección del socialismo. En primer lugar, los racistas mismos llevan al pueblo oprimido a tomar posiciones en favor del socialismo. Cuando Vorster y sus similares dicen «los comunistas son vuestros enemigos» así como los portugueses hicieron en sus colonias, los sudafricanos negros tienen que simplemente llegar a la conclusión de que los comunistas son los amigos de los oprimidos.
En segundo término, el sistema empuja a la existencia de una polarización en la cual los blancos toman una posición más dura y buscan apoyo para ella en el Occidente.
En tercer lugar, las masacres de Soweto crearon la necesidad de parte de los jóvenes de una política alternativa al régimen fascista y racista. La respuesta lógica es el marxismo. Tiene que haber respuestas radicales e inmediatas y absolutamente no capitalistas.
En cuarto lugar, los acontecimientos han mostrado que no se puede creer en los poderes capitalistas occidentales cuando se trata de frenar el apoyo al régimen de Vorster. Por otro lado, uno puede contar con el apoyo de los Estados comunistas.
Y en quinto lugar, los acontecimientos en Angola y Mozambique han mostrado que los movimientos de liberación socialistas pueden derrotar a los colonialistas y opresores y su camino es marxista-leninista. ¿Por qué esta vía no va a funcionar para Sudáfrica también? ¿Qué caminos alternativos tienen los líderes del ANC que ofrecer a sus miembros en esta situación? Un líder de la ANC se pregunta: ¿cómo debemos responder a nuestros jóvenes radicales?
Cuba en Etiopía
Tercera pregunta: ¿cuál es el significado del compromiso cubano en Etiopía?
¿Cómo pueden unos soldados, veteranos de la guerrilla, apoyar un régimen que lucha en contra de un movimiento guerrillero genuino en Eritrea? ¿Por qué apoyan un régimen que lucha también contra diferentes grupos marxistas?
El argumento cubano es como sigue: allí se está llevando a cabo una revolución popular y genuina, y esa revolución ha ganado el apoyo de las masas. Es más radical que la china, la rusa o la cubana. Es sangrienta, primitiva y brutal, porque se trata de romper con el feudalismo. Es la opresión de los esclavos y la explotación del pueblo que demanda venganza. Es, de acuerdo con Fidel, al mismo tiempo la Francia de 1789 y la Rusia de 1917. La revolución obtiene un verdadero líder popular primeramente en Mengistu1, el mismo, hijo de un esclavo y expuesto a la discriminación racial durante su entrenamiento militar en los Estados Unidos. Los que le siguieron fueron todos del tipo de Spínola. Ahora el Derguen está dominado por antiguos sirvientes que saltaron de las clases bajas. Durante su corta existencia, la revolución ha beneficiado más al pueblo que los regímenes anteriores durante 3.000 años. Ahora Etiopía debe de ser apoyada en contra de una disolución territorial, como en el caso de Eritrea en donde la guerrilla obtiene ayuda de los regímenes reaccionarios árabes, y de la agresión externa en la forma de las ambiciones somalíes en la provincia de Ogaden.
Los cubanos también enfatizan en este contexto en el que Fidel personalmente trató de desempeñar un papel de negociador entre Etiopía y Somalia. En un encuentro arreglado por los cubanos en Adén, en la primavera de 1977, entre Barre, Fidel y Mengistu, los cubanos trataron de que se formara una federación entre las dos partes. Dentro de este contexto podría haber existido una posición federativa para Ogaden y Eritrea. De acuerdo con los cubanos, fue la oposición de Barre la que rompió la discusión. Los sueños de los cubanos y de la mayoría de los rusos de una federación socialista alrededor del Cuerno de Somalia, Etiopía, Djibouti, Eritrea y Yemen del Sur se vieron desvanecidos. Ellos sobrestimaron el nacionalismo, la ideología central en África. En las reuniones de Adén, Barre prometió no recurrir a medios militares para resolver los problemas en Ogaden. Los cubanos dijeron que se arrepienten de no haber satisfecho aún en ese Estado el pedido de Mengistu de una ayuda relativamente extensa con instructores. «Si hubiéramos enviado el número de instructores que ellos pidieron en ese momento, la guerra de Ogaden no se hubiera convertido en un largo y fastidioso asunto».
Eritrea es el punto difícil. Cuba misma tiene buenas conexiones con muchos eritreanos. Muchos han estudiado o han sido entrenados en Cuba. Por eso es que ningún cubano tiene el permiso de permanecer en Eritrea. Se oponen a una solución separatista pero apoyan los esfuerzos para formar una federación. Ellos establecen que Mengistu está también a favor de esa solución, pero primero debe aclarar el problema de Ogaden para no tener que negociar con los eritreanos desde una posición débil. Pero una vez que este problema se resuelva, se dice que un arreglo negociado en Eritrea tendrá que venir en pocas semanas.
Los argumentos cubanos en la cuestión de Etiopía son bastante objetables. Es probable que la victoria en Ogaden, en donde los cubanos contribuyeron a expulsar una armada que todos los africanos veían como a un agresor, haya incrementado el prestigio cubano. Si la presencia militar cubana en Etiopía se redujera eventualmente para ser por completo reemplazada por ayuda civil, entonces, con seguridad la contribución cubana sería vista, por muchos, en una perspectiva histórica, como totalmente positiva. Pero uno ve todavía muchas objeciones fundamentales que deben hacerse. El compromiso cubano hacia Mengistu llegó muy temprano. Aunque no militarmente hasta la invasión de Ogaden, Cuba apoyó un régimen que todo el tiempo estuvo envuelto en una lucha interna sangrienta y que apoyaba una guerra semi-colonial en Eritrea. Con tal actitud, Cuba contribuye a mantener vivo el principio al que las naciones pequeñas no alineadas deben oponerse, es decir, que una potencia extranjera tiene el derecho de intervenir en apoyo de cualquier tipo de régimen según se lo indique su ideología. Tenemos demasiado de esos ejemplos y, en general, todos ellos han afectado a regímenes progresistas.
Lo que es más, el compromiso de Etiopía no puede ser puesto en la misma altura que el apoyo de Angola. Mengistu no representó, en verdad, un movimiento de liberación nacional y establecido internacionalmente, como fue el MPLA. Ni la agresión de Somalia en Ogaden disminuyó el régimen en la misma forma decisiva que la intervención sudafricana lo hizo en Angola. También es muy probable que el régimen de Adén, hasta hubiera podido sobrevivir a la agresión de Somalia por sí mismo o con cooperación de los demás estados africanos. Etiopía todavía es una nación con 10 veces más habitantes que Somalia.
Luego del retiro de Somalia en Ogaden, nos queda por ver qué camino seguirá Cuba. Pero debe ser dicho con claridad que si Cuba ayuda militarmente a Mengistu para derrotar la guerrilla en Eritrea, Cuba corre el riesgo de perder su prestigio dentro de la izquierda europea.
Pero el mayor recelo sobre la intervención cubana en Etiopía son los sentimientos violentos, indiscriminados y anticomunistas, que crea en Estados Unidos. Existe el riesgo de que estos poderes lleguen a dominar dentro de los Estados Unidos que buscan una intervención directa -enviar a los marines- o indirecta por medio de aumentar el armamento a Estados tales como Irán y Arabia Saudita. Las contradicciones entre las superpotencias pueden volverse más agudas y en esta forma dañar los esfuerzos continuos y esenciales de desarme y détente en el mundo.
Por esta razón, uno puede esperar que en el futuro Cuba concentre su energía revolucionaria menos en la ayuda militar y más en el área civil en donde ha tenido tanto éxito en su propio hemisferio y donde ha ganado tanto prestigio. Pero para que esta demanda pueda ser hecha con fuerza y pueda ser viable, debe estar condicionada a la eliminación de las causas básicas que explican la presencia militar cubana en África. Es decir, la pasividad de Occidente y sus apoyos a veces directos al colonialismo y el racismo, como en el caso de Sudáfrica, así como también los complots e intentos de desestabilización de los movimientos progresistas africanos y gobiernos, tales como el del MPLA en Angola.
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1.
Mengistu Haile Meriam, jefe del Consejo Militar de Etiopía.