
Las fronteras latinoamericanas son lugares «lejanos», porosos, más o menos militarizados, atravesados por diversas ilegalidades y no pocas veces artificiales. Pero ¿qué representan más allá de los límites entre países? ¿Qué mundos se construyen en esos espacios liminares? Conocer las fronteras significa, sin duda, echar luz sobre gran parte de la realidad regional.