
En las cuatro últimas décadas, más que en toda su historia, los medios de comunicación social, desde el punto de vista científico-técnico, se han desarrollado vigorosamente. Por eso es preocupante el uso y contenido que se den a estos medios, sobre todo cuando se advierte que la aparición de ellos es coincidente con el proceso de expansión imperialista de las grandes potencias. En efecto, ello ha ido conformando un sistema transnacional de información que obliga a consumir un tipo de mensajes que está al servicio de estrategias de dominación de las fuerzas que luchan por la hegemonía mundial.