
Las noticias sobre el crimen organizado desbordan las páginas de la crónica roja y se mezclan, y hasta confunden, con las páginas políticas. Habitualmente crimen organizado se asocia con narcotráfico, pero el delito transnacional no puede reducirse al tráfico de drogas, ni siquiera a los tráficos, y ha construido poderosos entramados que involucran a múltiples actores. El combate a la delincuencia reclama el abandono de viejas miradas, que involucran divisiones binarias entre lo legal y lo ilegal, así como una mayor problematización de las relaciones entre Estados y delito.