Notas sobre la mundialización y la cuestión nacional
Nueva Sociedad 149 / Mayo - Junio 1997
Hoy la noción de Estado-nación ha perdido su capacidad de definición del sentido de la vida social: por un lado, el proceso de globalización «libera» las identidades locales del peso de la cultura nacional (por ejemplo, las culturas populares que nunca fueron plenamente integradas a la formación nacional poseen ahora un espacio nuevo, aunque conflictivo, para manifestarse); por otro lado, surge en el horizonte cultural mundializado la posibilidad de estructurar identidades trasnacionales: es el caso del consumo. ¿Cuál es el destino del Estado-nación en el mundo globalizado? Difícilmente se puede escapar a la pregunta. Pero la respuesta no es sencilla. Quizá una forma de abordarla sería cambiar su formulación: ¿cuáles son los límites del proceso de globalización?
