Entrevista
julio 2017

México: impunidad o cultura

Entrevista a Elena Fortes

México está atravesado por la impunidad y la corrupción. El mundo de la cultura apela a la organización y a la lucha cotidiana. La documentalista Elena Fortes comenta, en esta entrevista, el contexto del país y la lucha de los artistas e intelectuales.

<p>México: impunidad o cultura</p>  Entrevista a Elena Fortes

Un sector de la comunidad cultural y artística mexicana se ha manifestado duramente contra el gobierno de Enrique Peña Nieto y ha contribuido a generar una movilización cada vez más importante entre la ciudadanía. Han alertado sobre una situación general del país que incluye la corrupción y la impunidad. ¿Cuál es el actual estado de cosas y qué se ha logrado conseguir?

No ha habido un gobierno tan deplorable en la historia reciente de México. La administración de Enrique Peña Nieto tiene los niveles más altos de impunidad que se hayan registrado. Este mes, por ejemplo, acabó con la cifra más alta de homicidios, incluso más que en el peor mes del sexenio de Felipe Calderón.

La situación política y social ha producido un hartazgo generalizado. Esto ya es muy visible y es positivo que así sea. Lo importante, de todos modos, es poder canalizarlo y expresarlo de manera concreta. Afortunadamente y por primera vez en mucho tiempo, se han producido varias iniciativas de unidad entre la sociedad civil con el sector privado y algunos medios. Esto antes era algo que no se producía en parte por la fragmentación de la ciudadanía.

El impulso de la Ley 3 de 3 (una medida que obliga a los funcionarios a hacer públicas la declaración patrimonial, de intereses y fiscal) muestra con claridad la vocación ciudadana de sancionar los actos de corrupción. La gente está cansada y está más decidida a reclamar. México, está claro, vive una situación realmente crítica. Alcanza con decir que más de la mitad de los gobernadores tienen algún tipo de acusación por corrupción y uso debido de dinero. Las cifras del dinero saqueado de los Estados son verdaderamente increíbles. Y esto merece una contestación general.

Has formado parte de la dirección del colectivo Ambulante durante muchos años y propiciado el desarrollo del festival de cine documental que lleva el mismo nombre. Los documentalistas han tenido también un rol clave en la difusión de la situación actual de México. ¿Cómo ha sido el trabajo teniendo en cuenta las presiones gubernamentales a las posiciones críticas?

Yo fui parte de la dirección del colectivo Ambulante durante once años. Soy también socia fundadora del festival y justamente ahora estoy realizando una serie de documentales que pongan de relieve estas situaciones. Más allá de su difusión en las salas de cine, la vocación es, como tú dices, que tengan algún tipo de impacto social. Hemos realizado una investigación para poder desarrollar una película vinculada a la impunidad en México, sobre todo enfocada en la cuestión de la procuración de justicia. Mi experiencia en Ambulante, que ahora tiene a una nueva directora, ha sido importante en este sentido.

Ciertamente, la relación entre el mundo de la cultura y el gobierno siempre ha sido complicada. Hay poca continuidad en los fondos disponibles para desarrollar iniciativas culturales porque dependen de los intereses de los diputados que constituyen la Comisión de Cultura a nivel federal. Lo más frustrante es que, todos los años, hay que pelear por fondos. El tener que ir cada año a convencer a los diputados del valor de una iniciativa de este tipo, es sintomático del estado de cosas. Pero también es cierto que proyectos como Ambulante han recibido apoyo de algunos gobiernos municipales muy importantes.

¿Qué pasa con los medios? ¿Amplifican o silencian las protestas de la academia y el mundo de la cultura?

Los medios han brindado apoyo. Tanto medios locales como federales han apoyado y difundido festivales como Ambulante. Para la estructura horizontal que manejamos esto es muy importante. Sobre todo ha habido medios en cada lugar en el que se desarrolla el festival, apoyando la iniciativa y dándola a conocer.

¿Y qué hay de las campañas virtuales? En algún momento parte del mundo de la cultura auspició la organización ciudadana a partir de protestas vía redes sociales e Internet. ¿Pero es eso suficiente o se necesita un encuentro real?

Todo lo que sucede en el plano virtual no es suficiente si no se complementa con el plano presencial. Yo defiendo los festivales de cine porque no es lo mismo generar un encuentro presencial cara a cara con una película que en un espacio virtual en el que lo que se pone en juego es el usuario individual y virtual de una plataforma determinada. Yo creo que lo mismo sucede con las causas y las luchas: si no se toman las calles y se genera esa vinculación de a pie, todo se diluye muy fácilmente. Creo, además, que es lo que ha sucedido. Se generan hashtags y se realizan denuncias pero no hay nadie tocando las puertas de la gente para realizar un movimiento colectivo y presencial en contra de lo que está sucediendo. También, por otro lado, hay que reconocer que hay mucho miedo. Las amenazas a los periodistas, los sucesos vinculados a figuras mediáticas, el espionaje permanente, genera temor para hacer esas denuncias de manera protagónica.



Hablemos del momento político. En las próximas elecciones hay, al menos, dos opciones progresistas o de izquierda como MORENA de López Obrador y la candidatura del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). ¿Podrían servir para realizar una organización más general de las posiciones críticas’

Los grupos culturales preocupados por el contexto que vive el país han sido también muy críticos con la situación general de los partidos políticos. En esto también se incluye a MORENA y a López Obrador. De alguna manera, todos han probado estar contaminados por corrupción, oportunismo y fenómenos que hacen daño a la ciudadanía. El caso del EZLN, por el contrario, es muy interesante y se están haciendo varias obras audiovisuales alrededor de esa candidatura.

En definitiva, creo que el mundo cultural ha jugado un papel muy importante al no dejarse convencer por ningún partido político. Lo que ha pedido han sido acciones y políticas concretas. Eso es lo que estará en juego en la próxima elección o en las sucesivas. Hay gente como el diputado Pedro Kumamoto que a través de acciones específicas ha probado su integridad. Creo que el deterioro institucional generalizado en todo el país y el cinismo por parte del gobierno seguirán generando crítica por parte del sector cultural pero falta todavía una organización real. Si no se encuentran opciones, habrá que crear nuevas.

Recientemente se ha descubierto que se han producido desde instancias gubernamentales una serie de espionajes a periodistas, luchadores de derechos humanos y personalidades de la cultura. ¿Qué tipo de lucha ha nacido a partir de esta situación?

Esto ha sido tremendo. Y, definitivamente, ha tenido una repercusión mediática muy importante, precisamente porque varios de los afectados, más allá de los defensores de Derechos Humanos, son figuras mediáticas de mucho peso. Para tener una idea de hasta que punto esto constituye un escándalo general, alcanza con decir que llegó a la tapa del New York Times. En términos de acciones, se emitió un comunicado firmado por más de doscientas organizaciones entre las cuales se encuentra la Red de Organizaciones de Derechos Humanos y, por supuesto, las que participaron en la investigación del espionaje. Además, se están impulsando acciones a través de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y se están planteando políticas de investigación en las instancias internacionales para garantizar autonomía e imparcialidad. Esto será necesario porque aunque se realizó la denuncia ante la Procuraduría General de la República, no se puede confiar demasiado en esa investigación teniendo en cuenta que es justamente desde ese organismo del que podría haber provenido el espionaje.

Todo lo que comentas hace pensar que la situación general es ya demasiado crítica. A esto podríamos sumarle la penetración del crimen organizado y el narcotráfico en el Estado. ¿Crees que México vive algo parecido a una «mafiocracia»? ¿Qué tipo de acciones crees que pueden impulsarse y que puede hacer al respecto el mundo cultural?

Definitivamente creo que hay una penetración del crimen organizado en todos los niveles de gobierno. Eso no quiere decir que no haya gente muy valiosa ocupando posiciones clave que quiere hacer las cosas bien. Un paso para limpiar las instituciones de la contaminación criminal sería contar con una fiscalía verdaderamente autónoma, que es otro de las cuestiones que se han estado discutiendo en el Poder Legislativo. Creo que debe hacerse una depuración, al mismo tiempo que se produce una mejora en las condiciones de los ministerios públicos, se establece una capacitación para las policías y se generan mejoras en las condiciones generales de las instituciones. Actualmente los ministerios públicos convencen a muchas víctimas de situaciones delictivas de no realizar las denuncias para poder tener cifras benevolentes. Todo el sistema de incentivos está completamente distorsionado. Son muchas medidas las que hay que tomar pero sin un organismo autónomo que pueda realizar las investigaciones correspondientes, no se podrán conseguir mejoras concretas.


Elena Fortes es documentalista. Fue directora del Festival Ambulante de México, organización dedicada a apoyar y difundir el cine documental como una herramienta de transformación cultural y social. Trabaja en proyectos culturales.


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