De todos los países del Tercer Mundo, Brasil es el que en la actualidad más influencia tiene en la política internacional. Esta posición depende, esencialmente, de su autoidentificación y de su impacto en importantes países del Primer y del Tercer Mundo. Como parte de esta autoidentificación, pretende convertirse, a finales del siglo XX a más tardar, en la cuarta de cinco grandes potencias (EE.UU., Unión Soviética, China, Brasil, India). En el camino hacia esta posición de gran potencia, constituye un obstáculo particular, desde el punto de vista de Brasil, el sistema petrificado de las potencias mundiales que quieren impedir el surgimiento de nuevas potencias. Según este punto de vista, la reestructuración del sistema internacional, después de la segunda guerra mundial, ha resultado en una clara diferenciación entre países privilegiados y no privilegiados, situación que Brasil no está dispuesto a aceptar.