A un año de las elecciones de 1984, el público norteamericano aparece dividido en torno a la presidencia de Reagan y, en grado extraordinario, dividido por la presidencia de Reagan. En tanto que esto imposibilita hacer predicciones confiables acerca del resultado de la elección del 84, sí fuertemente sugiere que la contienda será dura, polarizada, muy orientada a los grandes problemas y probablemente muy estrecha.