Miles de puestos, cientos de miles de compradores, marcas reales e imitaciones de todo tipo. Dos madrugadas por semana, mientras la ciudad de Buenos Aires duerme, el bullicio se apodera de La Salada, en la periferia de la capital argentina. Se trata, sin duda, de un espacio privilegiado para analizar las características de la llamada «globalización no hegemónica» y sus ambivalencias: en la feria La Salada emergieron tanto formas comunitarias que apuntalan el empresariado popular como talleres clandestinos basados en formas brutales de explotación laboral. Y en esta ambivalencia están algunas de las claves del capitalismo actual y el foco de muchos de los debates sobre su superación.