Todos sentimos una profunda preocupación por la situación mundial. Se ha producido un marcado desmejoramiento de las relaciones entre las superpotencias. La atmósfera de guerra fría ha retornado. El armamentismo continúa a un ritmo cada vez más rápido. Se ha vuelto más peligroso vivir en este mundo. La invasión soviética a Afganistán ha contribuido poderosamente tanto a agudizar la crisis como a dificultar los esfuerzos internacionales por la paz.

Damos a la publicidad el discurso sobre Africa austral pronunciado por Olof Palme, Presidente del Partido Laborista Socialdemócrata de Suecia y Vicepresidente de la IS, en el Congreso de la Internacional Socialista celebrado en Vancouver del 3 al 5 de noviembre de este año. Hace dos años, en el Congreso de Ginebra, la Internacional Socialista, comprometió a intensificar su lucha contra el apartheid y la explotación en Africa austral. Nosotros declaramos en nuestra resolución que "es imposible permanecer neutrales frente a las luchas presentes y venideras en Africa austral. Entre los explotadores y los explotados, no hay compromiso posible. Es necesario reaccionar para poner fin a un sistema que a la vez es malo en sí y constituye una amenaza para la paz"...

Entre los días 2 al 10 de septiembre pasado se llevó a cabo la visita de una misión de la Internacional Socialista, a los países fronterizos de Africa del Sur, Angola, Zambia, Botswana, Mozambique y Tanzania. Esta misión fue encabezada por Olof Palme, ex-primer ministro de Suecia y actual vice-presidente de la Internacional Socialista y presidente del Partido Social Demócrata Sueco. La misión estuvo integrada por representantes de Austria, Alemania, Bélgica, Francia, España, Portugal, Italia, Suecia, Dinamarca y por el presidente del Partido Revolucionario Dominicano, José Francisco Peña Gómez, de República Dominicana. El objeto de esta misión fue el de expresar la solidaridad de la Internacional Socialista con los movimientos de liberación de Zimbabwe, Namibia y Africa del Sur.

Hace uno o dos años atrás alguien propuso una escala de ingresos de diez grados para la totalidad de la población mundial. El más bajo de los grados permitiría 2.000 calorías y un vaso de agua pura al día. Para cerca de un quinto de la población mundial, tal ingreso mínimo asegurado significaría un gran aumento en el nivel de vida. A pesar de todos los avances tecnológicos durante las pasadas décadas, UNESCO ha demostrado que, en cifras absolutas, el mundo nunca había tenido tantos adultos analfabetos como los tiene hoy en día. OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha demostrado que nunca habíamos tenido tantos desempleados o sub-mpleados como tenemos hoy día. Más aún, la Organización Mundial de la Salud, ha demostrado que nunca antes tanta gente había estado sin agua pura para beber como lo hay hoy en día. La cuestión puede ser simplificada aún más: ¿Está la minoría pudiente del mundo preparada para hacer sacrificios, renunciar a cualquiera de sus privilegios y posiciones de poder?