La presidenta argentina Cristina Kirchner se encuentra ante una situación inédita en la historia política reciente del país: iniciará un segundo mandato, el tercero liderado por el sector político que encabeza, con el mayor respaldo electoral registrado desde la recuperación democrática de 1983. La jefa de Estado es además la única en el país que ha visto a su partido recuperarse de una derrota en una elección legislativa, para luego imponerse en comicios generales. Y lo hizo con una distancia de las opciones opositoras que casi la ubica en el escalón de apoyos obtenido por la fórmula Perón-Perón, en 1973. Las explicaciones sobre los motivos de esta situación sin antecendentes resultarán siempre incompletas, pero es posible enumerar algunas que vayan más allá de pensar que sólo la “empatía” lograda a partir de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner o un “boom” de consumo de bienes durables son los elementos que están en la base del actual escenario.