El derrotero gramsciano en el Brasil exhibe puntos de contacto con otros periplos latinoamericanos. Sin embargo, también posee peculiaridades propias de las concepciones de una izquierda que se ha resistido fervientemente a considerar al Brasil como una sociedad de tipo «occidental». Hoy el pensamiento de Antonio Gramsci participa no sólo del trabajo político de los sectores progresistas sino que también integra el inventario teórico de valiosas investigaciones sociales.