En esta última década del siglo xx asistimos al agotamiento de los modelos económicos basados tanto en el socialismo como en el capitalismo de Estado. La experiencia histórica demuestra que ambas alternativas son incapaces de promover el desarrollo según bases permanentes. También asistimos a la concomitante formación de bloques geopolíticos, en busca de una mayor eficiencia en comparación con el nivel de desarrollo de los países aislados, protegidos por barreras arancelarias y no arancelarias.