Sus detractores lo califican de dictador y lo acusan de haber acabado
con la institucionalidad y de utilizar el Estado y la cooperación
venezolana como fuentes inagotables de recursos para su
enriquecimiento y el de su familia. Puede estar en el tratado de libre
comercio con Estados Unidos y en el alba con la Venezuela bolivariana.
Sin embargo, el ex-comandante guerrillero sandinista goza de uno de los mayores niveles de aceptación en la historia para un presidente
de Nicaragua. Esto lo transforma en un número puesto para ganar las elecciones de noviembre de 2016.