En la década de 1960, el Estado cubano hostigó a los homosexuales y los internó en campos de trabajo forzados. Pero la homofobia ha dado paso a la homofilia y hoy el régimen apoya las operaciones de cambio de sexo y promueve los derechos de las minorías sexuales. La principal impulsora de este viraje es Mariela Castro Espín, hija del presidente Raúl Castro. El presente ensayo sostiene que, aunque este cambio de orientación no se debe menospreciar, tampoco debe ser leído simplemente como un impulso de expansión democrática, sino como el resultado de un importante proceso de transformismo político.