La revolución tecnológica que afecta al mundo editorial es la más radical que se recuerde desde que Gutenberg inventó la imprenta de tipo móvil. Como es natural, un cambio de tal magnitud ha incubado ideologías, tanto proféticas y amantes del cambio, como reaccionarias y opuestas al cambio, que pretenden predecir y orientar el sentido de lo que viene. Las implicaciones económicas son considerables para todos los involucrados: escritores, editores, agentes literarios, libreros y las grandes compañías de internet que ofrecen libros digitales. Este artículo es el intento de un lector veterano por ubicarse en el agitado maremágnum del Libro 2.0.