El 14 de abril de 2012, en un discurso en la Cumbre de las Américas, el presidente Mauricio Funes anunció que su país estaba experimentando un día clave en su historia: El Salvador había tenido su primer día sin homicidios en casi tres años. Esto fue atribuido a la llamada «tregua» entre las pandillas ms-13 y Barrio 18. La drástica reducción de los asesinatos en el mes siguiente posicionó la tregua como una estrategia exitosa. Pero todo esto operó sobre un discurso de la prensa escrita que contribuyó a reforzar la representación de las pandillas como el único enemigo de la paz y la seguridad en El Salvador y que justificó la presencia de la Fuerza Armada en la seguridad interna.