El problema de la democracia y las libertades en América Latina tiene su primer antecedente en las tendencias que prevalecían desde la época pre-independentista, cuando la suerte del indio era objeto de leyes de la corona española que se estimaban como \"generosas\" y que, al llegar a los dominios americanos, se recibían con el aforismo de \"se obedece pero no se cumple\". La independencia hispanoamericana dio lugar a un florecimiento de las constituciones democráticas importadas de Francia y los Estados Unidos, muchas de las cuales tuvieron una vigencia efímera. Simón Bolívar advirtió las circunstancias de una \"América impreparada\" por la ausencia de una opinión pública participante en la vida política y la lucha electoral. En el siglo XIX, el \"teoricismo liberal\" trajo la adopción de las libertades civiles y políticas y el autor puntualiza que \"la libertad política era un dogma para la América Latina, dentro de un esquema social de privilegios económicos\". El \"dualismo estructural \" de un sector \"moderno\" y otro \"arcaico\" de la economía imposibilita la real aplicación de las libertades, que se encuentran anuladas, por lo demás, con la implantación de los \"estados de excepción\" o \"estados de sitio\" frecuentes en América Latina.

El problema salvadoreño está en el orden del día de las preocupaciones internacionales, no solamente de América Latina sino del Tercer Mundo y de la misma Europa. Las situaciones conflictivas de un pequeño país centroamericano han desbordado ciertamente el marco local, por la misma insistencia de la administración Reagan en los Estados Unidos por hacer de la guerra civil de El Salvador una de las fases del enfrentamiento Este-Oeste, entre el bloque capitalista y el bloque soviético. Se ha oscurecido ese problema con una nube de propaganda tendenciosa sobre los verdaderos motivos de una lucha popular que reviste los caracteres de la "guerra de liberación nacional" en un país de extrema pobreza, formas persistentes de atraso y grandes zonas de marginamiento. Prolongados períodos de ominosas dictaduras en la República de El Salvador, han mantenido un estado social y político reñido con las realidades imperantes en el siglo XX, que ha registrado el proceso de descolonización en Africa y Asia lo mismo que la incorporación de los derechos humanos y del principio de libre determinación de los pueblos, entre las normas del derecho internacional.