Los atentados del 11 de septiembre de 2001 aceleraron la disputa o los acuerdos entre las potencias que quieren formar parte de la nueva gestión del "sistema-mundo". En este escenario global, con el fin de la sociedad fragmentada como modelo social al servicio de la desarticulación de toda resistencia, una "sociedad de castas" en el seno de la sociedad mundial será la base social del nuevo orden.