La larga y accidentada transición mexicana que culminó en 2000 con el triunfo electoral del PAN y la derrota del PRI, significó el fin de un ciclo histórico de la política y la sociedad mexicanas. Las elecciones que se celebrarán en julio de 2003 serán las primeras en un régimen plenamente reconocido como democrático por todos los partidos. Se renovará la Cámara de Diputados y varios congresos estaduales, presidencias municipales y gubernaturas locales. La dimensión simbólica de la postransición, la experiencia de la alternancia, el comportamiento de las organizaciones, el costo público de la política, los efectos del sistema electoral sobre el sistema de partidos, y el papel de la política en las iniciativas económicas del nuevo régimen, forman algunos puntos del «mínimo irreductible» de temas que pueden configurar una visión del futuro de los partidos políticos en México.