Opinión

¿Un segundo «giro a la izquierda» en América Latina?


octubre 2021

En #Izquierdas2021, la conferencia anual de Nueva Sociedad, diversas y diversos analistas discutirán sobre la coyuntura política en América Latina.

<p>¿Un segundo «giro a la izquierda» en América Latina?</p>

Inscripción al evento: https://nuso.org/izquierdas/


A mediados de la década de 2010, los gobiernos del denominado «giro a la izquierda» latinoamericano comenzaron a mostrar signos de agotamiento. Estos se explicaban por diversas razones: desgaste por los años en el poder, dificultades de renovación de los liderazgos, cambios económicos globales, inconsistencias de las agendas reformistas, etc. Sin embargo, lo que parecía entonces un movimiento pendular hacia la derecha quedó a medio camino. La llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador en México y el retorno del peronismo en Argentina se sumaron a la caída y el regreso al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia, al ascenso electoral de la izquierda chilena, al triunfo de Pedro Castillo en Perú y, más recientemente, a la recuperación de la izquierda brasileña (o al menos del «lulismo»).

De esta forma, desde las instituciones como desde las calles, parece pavimentarse el camino a una suerte de «segundo giro a la izquierda». Las victorias de la izquierda se producen, en todo caso, en un clima muy diferente del «giro a la izquierda» de los primeros años 2000: o bien se trata de otros países (Chile, México o Perú) o bien de otros contextos (Bolivia, Argentina). Por un lado, estamos ante progresismos con horizontes «utópicos» más limitados, que gobiernan en contextos políticos y económicos más complicados, y por el otro, nos encontramos con una diversidad mayor se sensibilidades progresistas, atravesadas por las olas feministas, y circunstancias que están muy lejos de ser homogéneas. La idea «refundacional» se ha diluido y proyectos como el venezolano tienen mucha menos legitimidad entre las izquierdas regionales.

El «segundo giro a la izquierda» se produce, además, en un contexto diferente al del pasado y en una región crecientemente heterogénea y caleidoscópica, que está lejos de los «climas de época» del pasado. No se trata solo de que se evidencien unas condiciones económicas más desfavorables para la región, sino del reacomodamiento de temáticas y perspectivas. Los debates en torno de los feminismos, los ecologismos y los modos de consumo y alimentación han permeado, durante los últimos años, a las «fuerzas progresistas»  y se articulan de manera diferente con temáticas más clásicas como la redistribución de la riqueza y la mejora en las condiciones materiales de vida. Las formas en las que las izquierdas han abordado esos ejes no solo es disímil. Es, en ocasiones, antagónica.

Lejos de las viejas apelaciones grandilocuentes a la «patria grande», a la América Latina unida, a un regionalismo que oficiaba de internacionalismo localista, este momento parece haber dado paso a izquierdas menos interconectadas. Mientras tanto, las derechas han producido sus propios reacomodamientos, abordando en algunos casos cuestiones caras a las tradiciones progresistas y disputando en esos terrenos. En ocasiones, los triunfos electorales de las izquierdas parecen haber ocluido esa dimensión, llevando a un conformismo de los triunfadores. Pero lo cierto es que, en los casos en los que la izquierda se ha dedicado a administrar y ha carecido de una imaginación política más amplia, las derechas –particularmente aquellas que plantean horizontes— continúan en franco crecimiento. Comprender y analizar estas dimensiones resulta crucial en la América Latina contemporánea.

¿Qué potencia tienen hoy las izquierdas de la región? ¿Cómo se relacionan unas con otras? ¿Los giros evidenciados en temáticas posmateriales pueden ser absorbidos desde posiciones progresistas o son, también, parte de una disputa con las derechas? ¿Qué horizontes tienen los espacios progresistas gobernantes más allá del terreno electoral? ¿Y cuál tienen los espacios de izquierda que se manifiestan en las calles pero sin lograr todavía acceder a los espacios gubernamentales de mayor representatividad política?

En este marco, vale la pena debatir qué expresa la persistencia de las izquierdas y los progresismos regionales y cuáles son sus desafíos en un mundo transformado por la pandemia de covid-19 y por cambios geopolíticos y tecnológicos de diversa índole que ponen en tensión los proyectos de reforma social. También está en el terreno de la controversia qué lecciones nos dejaron las experiencias progresistas de los primeros años 2000, con sus ambivalencias en términos democráticos, igualitarios e institucionales.


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