Entrevista
julio 2018

¿Se polarizó Colombia? Humberto de la Calle responde

Hablamos con Humberto de la Calle, candidato presidencial y una de las figuras clave para la consecución de los acuerdos de paz con las FARC. Nos contó su visión sobre la polarización, y los desafíos que enfrenta Colombia para no destruir su democracia.

<p>¿Se polarizó Colombia? Humberto de la Calle responde</p>

Este artículo forma parte del especial «Elecciones Colombia 2018: despolarización y desinformación» producido en alianza con democraciaAbierta.

DemocraciaAbierta: ¿Cuál es su percepción sobre el uso de temas como el acuerdo de paz para crear agendas populistas que polarizan a la sociedad colombiana?

Humberto de la Calle: Como he dicho en los últimos días, yo creo que el acuerdo de paz está en riesgo. Esto se debe, en parte, al enfoque oportunista y populista que le han dado algunos, sumado a la lentitud y a los escándalos que rodean la implementación.

Resulta difícil de entender que la paz polarice. Pero sí hemos sido testigos de un uso oportunista del acuerdo de paz, incluso desde la campaña del Plebiscito en Octubre del 2016. Es muy preocupante que la paz se haya convertido en una herramienta que algunos usan a su conveniencia, según sus cálculos electorales del momento.

Los defensores del NO acudieron de forma mezquina al miedo y a la supuesta ideología de género para entorpecer el acuerdo de paz. En estas elecciones algunos han moderado su lenguaje, al pasar de su intención de hacerlo trizas a sugerir unas modificaciones, mientras otros pasaron de decir que siempre estuvieron en contra a apoyarlo de la noche a la mañana. El oportunismo frente a la paz es todo, y hay candidatos que han cambiado de opinión frente al acuerdo de paz como veletas, según el viento que esté soplando.

DA: ¿Qué efecto tiene la polarización en estas elecciones sobre los partidos políticos tradicionales? ¿Los fortalece, los debilita?

HDC: Los partidos políticos enfrentan grandes desafíos hoy. El principal reto es que los ciudadanos han perdido la confianza en las instituciones democráticas. Basta con ver la cantidad de candidatos que se lanzaron por firmas para estas elecciones. La polarización es uno de los factores que ha contribuido al debilitamiento de los partidos tradicionales. A esto le sumaría un personalismo exacerbado y una facilidad enorme para transmitir noticias falsas, memes y titulares engañosos que se riegan como pólvora y son tomados por ciertos por un gran número de personas – esto, a su vez, aumenta la polarización y la animadversión contra todo lo que sea visto como política tradicional. Es una verdadera paradoja.

Lo anterior no le resta importancia a un hecho que es innegable: los partidos le han fallado a los ciudadanos. Las prácticas corruptas (o clientelistas en el mejor de los casos), y la presión que los congresistas y otros políticos ejercen sobre el Ejecutivo para recibir asignaciones presupuestales a cambio de su apoyo a iniciativas legislativas, han perjudicado enormemente la percepción del ejercicio de la política entre los ciudadanos del común.

Soy el primero en reconocer que el mismo Partido Liberal enfrenta retos importantes y lo he dicho en otras ocasiones: debemos renovar el partido para asegurarnos que quienes han incurrido en corrupción no sigan manchando la bandera liberal y socavando la confianza de los ciudadanos. Sin embargo, el escenario es más alentador de lo que podría parecer: el Partido Liberal está unido en torno a mi candidatura y tiene apoyo en todo el país. En las elecciones del Congreso el pasado 11 de marzo fuimos la segunda fuerza electoral del país.

DA: ¿Estas elecciones están suponiendo un colapso del espacio central (middle ground) en la política colombiana?

HDC: Sí ha habido una exacerbación de los extremos de derecha y de izquierda en estas elecciones, que se ha visto alimentada por discursos que apelan al miedo, al odio y al populismo. Esto no es un fenómeno exclusivo de Colombia, sino de una creciente ola en todo el mundo.

A pesar de la polarización creciente, no creo que estemos ante un colapso del espacio central. Por el contrario, es precisamente en el centro donde están las alternativas para superar la radicalización y la polarización. Mi proyecto político gira en torno a consolidar una propuesta política de centro, alejada de los extremos, que nos permita superar el dilema de escoger entre dos extremos y construir conjuntamente soluciones reales a los grandes retos del país.

DA: ¿Cómo promueve desde su campaña agendas que no polarizan y desinforman a la sociedad?

HDC: En las propuestas, los debates, las entrevistas y los eventos de campaña he procurado hablar siempre desde la racionalidad, la verdad y la experiencia. Nunca he acudido al miedo o a la información falsa. Incluso he puesto temas sobre la mesa que no son muy populares para una campaña, como la necesidad de hacer una reforma tributaria.

Mi campaña se ha destacado por ser la más limpia, la que no acude al juego sucio ni a seguidores falsos en redes. Durante toda mi vida –en la Constituyente, en la OEA, en las negociaciones de La Habana- he resuelto diferencias que parecían irreconciliables y he encontrado soluciones a grandes problemas. Este es el mismo espíritu que se respira en la campaña. Puedo decir que he hecho lo contrario a polarizar, que es conciliar.

Ahora, es importante recalcar que buscar una alternativa alejada de los extremos no significa no asumir posiciones. Todo lo contrario: estar en el centro y, en mi caso particular, en el centro liberal, significa asumir con toda vehemencia las banderas de la no discriminación, alejado de los fanatismos y los odios. El centro que yo promuevo es uno en el que la dignidad de la persona está en el núcleo de la discusión y en el que la libertad económica y política son una realidad.

Creo en un capitalismo consciente, con responsabilidad social porque Colombia no puede seguir dándose el lujo de pelearse el podio de los países más inequitativos del planeta. Se trata de buscar una sociedad que se reconoce como múltiple, diversa y pluralista, pero sobre todo inclusiva. En otras palabras, se trata de nivelar la cancha para todos.

DA: ¿Cuál es el desafío más importante de cara a estas elecciones para no destruir la democracia colombiana?

HDC: En mi opinión, el gran desafío para la democracia colombiana lo están poniendo las posiciones que están en los extremos. Resulta muy preocupante el talante antidemocrático de algunos de mis adversarios, cierto toque caudillista y algunas propuestas que hemos oído en debates y entrevistas, y que francamente encuentro inconcebibles en un país de una tradición democrática tan sólida como Colombia.

Lo más interesante es que hay candidatos que están proponiendo frontalmente amenazar el orden constitucional del país, con propuestas que, por ejemplo, apuntan hacia la centralización del poder con mecanismos como la creación de una “supercorte”, la reducción de escaños en el congreso o el desconocimiento de decisiones que han tomado otros gobernantes legítimamente elegidos.

Lo paradójico es que estos son los candidatos que van punteando en las encuestas. Confieso que me cuesta trabajo entender el comportamiento del electorado, pero así como yo nunca he subestimado la capacidad de los colombianos de sobreponerse a la adversidad, tampoco subestimo la sensatez de mis compatriotas a la hora de ir a las urnas. Hay investigaciones que señalan que las elecciones se definen en las últimas dos semanas y creo firmemente que estamos ante la posibilidad de una gran sorpresa el próximo 27 de mayo.



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