El primero de mayo es para todos un día de alegría pero al propio tiempo nos plantea un desafío. Se nos pide que elevándonos por encima de nuestras ocupaciones cotidianas, hagamos un balance de nuestras realizaciones y pensemos en lo que realmente significa nuestro movimiento. Dondequiera que estemos, sea cual sea nuestro trabajo, perseguimos todos el mismo gran objetivo común: crear una nueva y más justa sociedad, un mundo mejor en el que todos los trabajadores sean libres de la opresión y la explotación, libres de la amenaza de la guerra, del desempleo y la pobreza, libres de vivir en un entorno sano y de dignidad humana, libres de poder escoger su oficio o profesión, de ganar decorosamente su vida, de tener suficiente tiempo libre para dedicarlo o otras actividades y participar plenamente a la vida política, social y cultural de su comunidad y de la nación.