La dimensión de género de la crisis. ¿Existe una agenda feminista?
Nueva Sociedad 237 / Enero - Febrero 2012
La desmercantilización del bienestar y la reubicación de las tareas de cuidado como categoría económica, articuladas a propuestas aún en construcción referidas al «buen vivir» y a críticas al desarrollismo tradicional, podrían ser elementos para constituir una agenda económica feminista. No obstante, esta es todavía embrionaria y las políticas públicas, pese a algunos avances, siguen sin incluir una dimensión de género en el abordaje económico. Esta situación constituye un desafío para el feminismo y lo obliga a estudiar más en profundidad la relación entre la economía y las diversas fuentes de desigualdad.
La desmercantilización del bienestar y la reubicación de las tareas de cuidado como categoría económica, articuladas a propuestas aún en construcción referidas al «buen vivir» y a críticas al desarrollismo tradicional, podrían ser elementos para constituir una agenda económica feminista. No obstante, esta es todavía embrionaria y las políticas públicas, pese a algunos avances, siguen sin incluir una dimensión de género en el abordaje económico. Esta situación constituye un desafío para el feminismo y lo obliga a estudiar más en profundidad la relación entre la economía y las diversas fuentes de desigualdad.