Haití. Un pueblo desesperado
Nueva Sociedad 154 / Marzo - Abril 1998
Las perspectivas más pesimistas sobre el resultado de la gestión del poder en Haití, se han cumplido este año. Se ha llegado a una parálisis total en todos los campos, mientras aumenta la degradación del país en general ante la impotencia y desesperación de sus habitantes. El mismo presidente, frente al naufragio de un barco con alrededor de 300 pasajeros de los cuales pocos se salvaron, a pocos metros de la costa, declaró que esta catástrofe no era nada comparada con todas las otras que podían suceder en cualquier momento como, por ejemplo, el envenenamiento por el suministro de la compañía nacional de agua. Impotencia del mismo presidente que no hizo sino exasperar a los familiares de las víctimas y aumentar el terror de la población abandonada a sí misma.