Cómo América Latina ve a Europa
abril 2022
Por diversos motivos políticos, históricos y culturales, América Latina tiene fuertes vínculos con Europa. Pero sabemos poco sobre lo que los latinoamericanos piensan sobre el «Viejo Continente». Ese vacío busca ser subsanado, parcialmente, por esta encuesta encargada por la Fundación Friedrich Ebert y Nueva Sociedad a la empresa Latinobarómetro, con el apoyo del grupo Diálogo y Paz, que viene reflexionando sobre las realidades geopolíticas desde América Latina. Analizar cómo la región ve a Europa y a otros actores globales resulta particularmente productivo en el actual contexto de crisis y turbulencias en el tablero geopolítico global, agudizadas por la invasión rusa a Ucrania.
Por diversos motivos políticos, históricos y culturales, América Latina tiene fuertes vínculos con Europa. Pero sabemos poco sobre lo que los latinoamericanos piensan sobre el «Viejo Continente». Ese vacío busca ser subsanado, parcialmente, por esta encuesta encargada por la Fundación Friedrich Ebert y Nueva Sociedad a la empresa Latinobarómetro, con el apoyo del grupo Diálogo y Paz, que viene reflexionando sobre las realidades geopolíticas desde América Latina. Analizar cómo la región ve a Europa y a otros actores globales resulta particularmente productivo en el actual contexto de crisis y turbulencias en el tablero geopolítico global, agudizadas por la invasión rusa a Ucrania.
Pero la crisis no comenzó con Ucrania. La pandemia de covid-19 y sus secuelas desnudaron con enorme crudeza los déficits de gobernanza mundial y los altos niveles de incertidumbre frente a la acumulación de crisis humanitarias, económicas, ambientales y políticas severas de alcance global que trastocan todos los ámbitos de la vida. En el caso de América Latina, no han sido menores las vulnerabilidades internas y externas en un contexto de incapacidad para dar respuestas colectivas eficaces. Ello ha ahondado la sensación de que la región continúa perdiendo capacidad de agencia internacional cuando más la necesita para gestionar recursos, apoyos e iniciativas de cooperación en el exterior.
Así pues, este momento de vacío institucional e irrelevancia estratégica de América Latina en el tablero de la geopolítica mundial obliga a la búsqueda de razones y explicaciones que sobrepasen el ámbito de la política convencional. No parece suficiente observar a los actores y los espacios nacionales y regionales que configuran los intereses y comportamientos gubernamentales y/o de las múltiples modalidades organizadas; se impone escuchar a las propias sociedades e indagar acerca de sus miradas y percepciones sobre los temas de la agenda internacional. Al mismo tiempo, la propia situación pandémica es un momento de condensación de crisis que vuelve más relevante la búsqueda de respuestas sobre cómo la región ve a los principales jugadores del tablero mundial: no solo Europa, sino también Estados Unidos, China y Rusia.
Partimos de tres interrogantes: ¿cómo se vive en América Latina la actual incertidumbre global? ¿Cómo absorben las sociedades de la región los cambios de época en el sistema internacional? ¿Cuáles son los niveles de discordia y/o consenso social frente a la dirección de estos cambios y sus actores? Fue con el propósito de encarar tal desafío que se diseñó y realizó una encuesta titulada «Unión Europea - América Latina: miradas, agendas y expectativas», cuyos resultados motivan este análisis. Se trata de una investigación que se llevó adelante a través del Latinobarómetro en el segundo semestre de 2021, en un grupo representativo de diez países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Uruguay y Venezuela. Este proyecto responde a un creciente interés –más general en los ámbitos académicos y políticos, regionales e internacionales– por entender mejor la realidad global/regional tras la pandemia desde la perspectiva de distintos segmentos sociales y países latinoamericanos, los cuales se encuentran cada vez más conectados y expuestos al exterior.
Los resultados de la encuesta se encuentran en etapa avanzada de procesamiento y análisis, con la intención de presentar una instantánea de la opinión pública latinoamericana sobre sus percepciones dominantes y preferencias estratégicas en el terreno internacional. El presente texto corresponde a una primera etapa de difusión y tiene su foco puesto en la relación interregional América Latina-Europa, entendida como el conjunto de países que la integran o como la Unión Europea como institución. Los datos indican una percepción mayoritariamente positiva respecto del papel de la Unión Europea en la agenda internacional y, tan o más importante, niveles de acuerdo en la opinión pública latinoamericana sobre asuntos globales que contrastan con la polarización muchas veces observada en los debates y discursos políticos a escala regional.
Consideraciones metodológicas y de contexto
El diseño de la encuesta buscó contribuir a llenar vacíos de información sobre temas globales en los estudios de opinión pública. Se encaró a través del planteo de preguntas relevantes para la región en su conjunto y para los círculos decisorios. Con ese propósito, el cuestionario se enriqueció por las contribuciones de un grupo de expertos1, además de consultas a bibliografía producida en los últimos cinco años por un amplio abanico de organizaciones internacionales, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales de América Latina y Europa.
La encuesta reúne información de 12.000 personas mayores de edad, con educación media o superior, residentes en los diez países seleccionados de la región. En conjunto, los datos obtenidos tienen un promedio de 87% de representatividad con respecto a las poblaciones nacionales. Esto se logró mediante una estrategia de muestreo que contempló cuotas por estrato, sexo, edad, escolaridad y subregión nacional2. Las dificultades operativas por la pandemia de covid-19 plantearon el desafío de que las tareas de levantamiento de la encuesta fueran realizadas por vía virtual, en lugar de cara a cara. En efecto, la realización de una encuesta de alcance regional por vía de paneles en línea adquirió un sentido innovador como experiencia investigadora de opinión pública, que le otorga un sentido único y revelador.
Respecto de la escolaridad, la mayoría de los encuestados se ubican en niveles medio-altos y altos de educación (en su mayoría, secundaria completa o universitaria), con residencia tanto urbana como rural. Se trata de un sector de la población habitualmente bien informado y expuesto a las noticias internacionales y, por tanto, con percepciones más estructuradas sobre los problemas globales. Puesto que los datos se refieren al sector de la población con mayor nivel educativo, cabe advertir que podrían dar la impresión de que las sociedades latinoamericanas están mejor informadas de lo que en realidad ocurre, por lo que sería aventurado pretender sacar inferencias fuertes sobre esta cuestión.
Por último, al momento de interpretar los datos que se presentan a continuación, es importante subrayar el contexto mundial cambiante y de enorme fluidez en el que se levantó la encuesta y en el que nos damos a la tarea de analizarla. La comprensión del lugar de Europa y de la Unión Europea en un contexto internacional de estas características, desde la mirada latinoamericana, es precisamente donde está puesto el foco de nuestro análisis.
Las percepciones regionales que sobresalen
Lo que los latinoamericanos ven y piensan sobre Europa como región y sobre la Unión Europea como institución se enmarca en su visión más general sobre la realidad mundial. Y, para entender la percepción de la opinión pública latinoamericana sobre «lo internacional», hay que preguntarse cuáles son sus preocupaciones, preferencias y expectativas respecto a los grandes problemas globales. El elenco de temas seleccionados en la encuesta fue: pobreza extrema, cambio climático, violación de derechos humanos, pandemias, migración y refugiados, crisis de las democracias y deudas de los países. Los resultados obtenidos coinciden con las argumentaciones recientes sobre la tendencia a que se reduzcan los niveles de polarización interna en los países de la región3.
En efecto, respecto de este primer grupo de temas, cabe destacar que hay un consenso regional muy claro respecto de dos preocupaciones prioritarias: la pobreza extrema y el cambio climático. En segundo lugar, son mencionados la violación de derechos humanos y las pandemias, aunque se observan énfasis diferentes por país. Por ejemplo, en el caso de Bolivia, Colombia y Venezuela, la preocupación por la violación de los derechos humanos es tan alta como la preocupación por la pobreza extrema y el cambio climático. Mientras que en los casos de Brasil, Guatemala y México, el tercer lugar en la lista de preocupaciones lo ocupa el tema de las pandemias, lo que deja las violaciones de derechos humanos en el cuarto lugar. En Venezuela, en cambio, destaca el mayor nivel de atención que se da a la migración y los refugiados, así como la preocupación por las crisis de las democracias (similar a lo que demuestran los resultados en Bolivia).
Las siguientes preguntas sirven como un anticipo de un resultado mucho más amplio que está siendo publicado en la página web https://data.nuso.org/ y permiten sacar algunas conclusiones provisionales.
Los problemas globales para América Latina
¿Cuáles son los problemas globales que más le preocupan? (%)
Vale subrayar que la encuesta revela claramente un altísimo nivel de preocupación por el medio ambiente en los diez países encuestados y en todos sus estratos sociales.
Preocupación por el medio ambiente
¿Qué tan preocupado está por los problemas medioambientales? (%)
En términos de cultura política, valores, libertades y derechos, se observa una inclinación más «liberal» y garantista que conservadora de los encuestados. La medición de tales preferencias fue realizada a partir de preguntas en las que se pidió a los consultados que indicaran su nivel de acuerdo o desacuerdo con las siguientes frases: «Debe haber equidad de género», «La protesta es un derecho», «La democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno», «Las redes sociales no deben censurarse», «El intercambio comercial con otros países siempre beneficia a su país», «La legalización de las drogas reduce el crimen» y «Los militares son gobernantes eficientes». Considerando los resultados de estas preguntas, se puede observar que los latinoamericanos, en general, se oponen a medidas autoritarias, que restringen espacios políticos, derechos sociales y oportunidades comerciales. Amplias mayorías apoyan la igualdad de género, la democracia y el derecho a la protesta, mientras que rechazan a gobernantes militares y la censura digital. Sin embargo, esta inclinación garantista no incluye el paradigma prohibicionista en la cuestión de las drogas. Los datos indican que hay un rechazo mayoritario a la legalización de las drogas como estrategia para reducir el crimen. Como se constatará más adelante, esta posición, que para muchos analistas favorece el camino de la criminalización, encuentra coherencia con el reconocimiento del liderazgo mundial de Estados Unidos en el combate contra el narcotráfico y la preferencia por su cooperación en este campo frente a otras opciones.
Otro de los temas importantes en el mundo de hoy es la digitalización. Respecto de este punto, en su mayoría los encuestados ven a la tecnología digital en términos positivos, por sus ventajas para la conexión entre las personas; lo que no significa descartar su costado negativo de facilitar las noticias falsas. A continuación, se observan los matices de las percepciones latinoamericanas sobre este conjunto de cuestiones.
Opiniones sobre la agenda global
Dígame si está muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con las siguientes afirmaciones:
En líneas generales, la proyección de la Unión Europea en las percepciones de los latinoamericanos es marcadamente positiva en términos de su posición entre los principales polos de poder internacional. La mayoría la considera como un actor influyente en el contexto internacional y el gráfico siguiente es indicativo de tal reconocimiento.
Influencia de la Unión Europea en los próximos cinco años
Pensando en los próximos cinco años, ¿qué tanta influencia cree que tendrá la Unión Europea en el mundo? (%)
En esta encuesta se buscó evaluar cuánto se consideraba la influencia europea un atributo propio o una consecuencia de una posición subordinada a los intereses de la alianza occidental. Los datos del siguiente gráfico muestran un reconocimiento mayoritario de la autonomía estratégica europea.
Preferencia estratégica de la Unión Europea
Dígame si está muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con la siguiente frase: La UE siempre sigue a Estados Unidos (%)
Respecto del liderazgo mundial en áreas específicas, hay una serie de rasgos asociados a ámbitos de poder blando que atribuyen a la Unión Europea un lugar destacado. Los latinoamericanos la consideran líder en la protección del medio ambiente, la defensa de los derechos humanos, la promoción de la paz mundial y el combate contra la pobreza y la desigualdad. Este dato guarda coherencia con la importancia relativa que estos temas tienen en los programas y proyectos de la cooperación europea en la región.
En cambio, el lugar de liderazgo de la Unión Europea se desdibuja cuando los temas son seguridad y avance tecnológico. Para estos dos atributos claves de poder material, existe un consenso general sobre la primacía de Estados Unidos y China. Este tipo de diferenciación muestra una correlación positiva con las preferencias de los encuestados sobre las asociaciones sectoriales que conviene forjar a escala internacional y es, además, un reflejo de la propia realidad. Así pues, en América Latina las relaciones con Estados Unidos y China ocupan un lugar central en lo que se refiere a transacciones comerciales e inversiones4.
Liderazgos mundiales
¿Cuál considera usted que es el líder mundial en cada uno de los siguientes aspectos? (%)
Una preocupación central de la encuesta fue captar las percepciones de los encuestados sobre países específicos de la Unión Europa, como Alemania o Francia, en relación con potencias extraeuropeas. Un elemento a destacar es la opinión favorable y el reconocimiento que se hace a Rusia en sociedades como las de Bolivia, Guatemala y México. Cabe mencionar que este no es el caso de Venezuela, cuyo gobierno viene manteniendo fuertes vínculos con Moscú en la última década.
Opinión sobre países
¿De cuál de los siguientes países tiene usted mejor opinión? (%)
La definición de mejor opinión aparece reforzada cuando se introducen los temas de «calidad democrática» y de modelo de desarrollo. La paridad entre Estados Unidos y Alemania es visible en los dos casos. La encuesta también revela lo indiscutible de la identidad occidental de las sociedades latinoamericanas.
Cuando se relacionan estos datos con la realidad actual del conflicto Rusia-Ucrania, podemos encontrar matices de percepción sumamente reveladores. El gráfico siguiente muestra las diferencias generacionales en cuanto a la imagen política de Rusia en América Latina.
La democracia en Rusia
En una escala de 1 a 10, donde 1 es «no es una democracia» y 10 «es una democracia plena», ¿dónde ubicaría usted a Rusia? – Datos por generación (%)
Dos aspectos íntimamente relacionados, que dan cuenta de la visión de los latinoamericanos sobre las principales potencias mundiales, son la valoración del régimen de gobierno y los modelos de desarrollo de esos países. A continuación, se presenta la información sobre estos aspectos.
La democracia
En una escala de 1 a 10, donde 1 es «no es una democracia» y 10 «es una democracia plena», ¿dónde ubicaría usted a cada uno de los siguientes países? (promedio)
Modelo de desarrollo
Pensando en el futuro, ¿qué países cree usted que serían el mejor modelo de desarrollo para su país?
La construcción del cuestionario buscó resaltar y profundizar en distintas facetas de la presencia de la Unión Europea en América Latina frente a otros actores. Las dimensiones sobre las que se indagó fueron: el nivel de atención e interés de la opinión pública latinoamericana por Europa y la Unión Europea; la identidad o proyección de Europa como un polo de influencia o una región geopolítica, económica y/o cultural, y de la Unión Europea como actor internacional e institución; la imagen positiva o negativa de países europeos y de la Unión Europea en comparación con otros; la valoración de políticas, prácticas y atributos de los actores en temas específicos; la confianza y/o preferencia por la Unión Europea y sus miembros frente a otros países y regiones; las preferencias e intereses en diferentes temas de la relación birregional; la evaluación de la relación del país de origen del encuestado con la Unión Europea frente a otros actores; las percepciones del rol presente y futuro de la Unión Europea en el sistema internacional; y, finalmente, la cooperación birregional.
Cuando se buscó conocer la imagen general que Europa proyecta en América Latina, se constató el predominio de los aspectos culturales y la construcción mediática cotidiana y simbólica, que es concordante con una mirada histórica que se tiene de Europa en la región. Es decir, la imagen latinoamericana de Europa se relaciona con monumentos y realezas, pero también, con la integración económica. Al mismo tiempo, los datos revelan que las sociedades latinoamericanas tienen un nivel de conocimiento alto sobre la Unión Europea y sobre qué países la integran.
Para abordar este aspecto, se hicieron preguntas específicas sobre si Suiza forma parte de la Unión Europea o no y sobre la cuestión del Brexit. Otras preguntas indagaron sobre la indiscutible asociación que hacen los latinoamericanos del grupo europeo con conceptos como Estado de Bienestar e integración económica. Las respuestas también revelan buen conocimiento de los liderazgos en la Unión Europea, con un reconocimiento de cierta primacía alemana, seguida por Francia y, en tercer lugar, España.
Otro punto que nos interesa subrayar refiere a las marcadas diferencias de percepción acerca de la influencia económica de China en los países de la región: mientras que en Bolivia y Venezuela supera el 40%, en países como Colombia y México no alcanza el 10% y para los cuales la influencia percibida de Estados Unidos varía entre 90% y 80% respectivamente. Como se puede apreciar, este conjunto de diferencias desaparece cuando se evalúa el peso de la presencia de países europeos –sea Alemania, Francia, España o Gran Bretaña– que muestran una mínima presencia económica. En promedio, la percepción de influencia económica de los países miembros de la Unión Europea oscila entre 5% y 1%.
La agenda de cooperación
Cuando se enfoca el tema de la cooperación internacional, aparece con mucha claridad la preferencia por Europa para casi la mitad de los encuestados; pero, a su vez, se puede ver que siete de cada diez prefieren vincularse con la zona del «Atlántico». Es decir, se sigue viendo el mundo desde los vínculos interatlánticos y en clave occidental. Las siguientes respuestas muestran las áreas en las cuales la Unión Europea es vista como el mejor socio para América Latina, comparado con China y Estados Unidos (lo cual va en línea con las áreas destacadas de liderazgo de la Unión Europea).
Mejor socio en determinadas áreas
¿Quién será el mejor socio para su país en las siguientes áreas? (%)
Se ve un equilibrio entre la preocupación por los temas de la pobreza y la cuestión ambiental, lo que traduciría un sentido de oportunidad para estimular una proyección de la experiencia europea de bienestar y economía verde. En ese sentido, se podría profundizar una noción de sustentabilidad que vincula estos temas y que en un contexto pospandémico adquiere mucha más urgencia en toda América Latina. Los datos muestran que existe una ventaja muy clara del poder blando de Europa en cómo es percibida cuando es contrastada con Estados Unidos y con China. Luego, en cultura y educación, la preferencia por una asociación con Europa es mayor que la preferencia combinada por Estados Unidos y China. Lo mismo sucede en términos de fortalecimiento de la democracia.
Es pertinente detenerse en el tema de las pandemias, donde los diferentes grupos nacionales encuestados apuntan al eje Estados Unidos-Unión Europea como mejor opción asociativa. Esta información es aún más sugerente cuando se la cruza con la preferencia indicada por la búsqueda de soluciones para la producción de vacunas en el propio ámbito latinoamericano. En este ámbito, se podría inferir o explorar una valoración de la triangulación de esfuerzos en el combate al covid-19 y otros brotes epidémicos.
Respuestas a la pandemia
¿Cómo cree que su país debería enfrentar las pandemias en el futuro? (%)
Existe un último punto a considerar, respecto al equilibrio entre lo particular y general que la encuesta ha revelado sobre las percepciones latinoamericanas en temas internacionales. La identificación de una clara predisposición al consenso en la mayoría de los temas no impide que haya diferenciaciones que subrayan el carácter específico de determinadas miradas nacionales.
Algunos ejemplos puntuales sugieren enfoques diferenciados de acercamiento por país. La mitad de los encuestados en Venezuela y un tercio de los de Bolivia son los dos grupos que mayormente valoran la presencia de la observación electoral europea, mientras que en los casos de Colombia y Guatemala dos tercios de los encuestados aprecian mucho más la ayuda humanitaria, así como también se destaca la valoración en Brasil sobre la cooperación con la Unión Europea en la lucha contra la desigualdad y la pobreza (casi la mitad de los encuestados la destacan), respecto de los valores que se obtuvieron para el resto de los países (a los sumo un tercio la reclaman), y la importancia del financiamiento para Argentina y Costa Rica, que llega a ser enfatizado por casi a la mitad de los encuestados en ambos países.
Reflexiones finales
Los resultados de esta investigación preliminar inspiran algunas reflexiones finales. La primera, respecto a la percepción fragmentada que existe en nuestra región sobre los liderazgos internacionales y los campos específicos de estos liderazgos. Esto implica, desde la visión latinoamericana, la adecuación a una realidad global en la cual los polos de poder ya no reúnen el conjunto de atributos de un proyecto de dominación y de proyección internacional. Los resultados de la encuesta indican una diferenciación muy clara entre lo que sería un liderazgo militar-estratégico, otro económico-tecnológico y un tercero relacionado al ámbito normativo y de los valores. En el primer caso, la primacía es de Estados Unidos, mientras que en el segundo hay una percepción sobre la importancia destacada de China. En el tercer caso se destaca la Unión Europea, con una actuación sobresaliente. Es llamativo, entretanto, cómo estas mismas comparaciones ubican a la Unión Europea en posiciones notablemente irrelevantes cuando se consideran sus capacidades en temas militares y de desarrollo tecnológico.
Una segunda reflexión refiere a la propia identidad de nuestra región y a cómo las percepciones sobre nuestra identidad están asociadas a su pertenencia al mundo occidental. Se nota también una preferencia por la cooperación con Europa, al mismo tiempo que la preferencia por los modelos económicos y políticos del eje atlántico.
Una tercera cuestión a destacar se vincula con las preferencias de políticas exteriores en América Latina. En los círculos políticos y académicos se discuten posibles opciones y rutas de salida, desde el no alineamiento activo hasta la búsqueda de tratos preferenciales con algunos grandes jugadores a escala global: Estados Unidos, China, Rusia y Europa. Pero ¿cuál es la percepción ciudadana sobre con quién asociarse y cómo unir esfuerzos para avanzar posiciones en el sistema internacional? De acuerdo con los resultados reseñados, las percepciones no identifican una única opción y tampoco revelan enormes polarizaciones intrarregionales. Por lo tanto, hay por un lado espacio para la competencia y por otro, para la construcción de consensos.
Algunos datos son sumamente reveladores sobre el sentido común y de realidad en la opinión pública latinoamericana. Parece prevalecer una postura pragmática que discierne lo que cada jugador puede aportar y, por lo tanto, lo que puede interesar en sus vínculos con la región. Al mismo tiempo, y a pesar de la coyuntura de vaciamiento de acciones colectivas en el plano interestatal en la región5, las sociedades latinoamericanas mantienen activa la expectativa de soluciones intrarregionales, como se observa con respecto a la producción de vacunas contra el covid-19.
El último punto conclusivo se refiere al grado de reconocimiento de la Unión Europa como líder y modelo social en la región. La interrogante que surge es: ¿qué tanto eco tiene en la opinión pública latinoamericana la pretensión europea de proyectarse como actor internacional en términos normativos y materiales? El hecho de que la propia Unión Europea haya venido esforzándose por construir su identidad como potencia normativa, y tras el torbellino que implicó el gobierno de Donald Trump, como actor con una relativa independencia estratégica, indudablemente le otorga un papel en la construcción de esa resonancia. Los latinoamericanos miran a Europa con mucho interés y los gobiernos de la región pueden hacerse cargo de ese interés.
En suma, los resultados de la encuesta indican campos específicos o nichos de interés en la región por profundizar las relaciones con la Unión Europea, más que el reconocimiento de esta instancia supranacional como una alternativa integral para la construcción de un vínculo sustentable y transformador. Esta tendencia se explica por dos razones solapadas: la primera se refiere a la propia naturaleza fragmentada del poder internacional y la diferenciación entre sus manifestaciones blandas y duras y, la segunda por la reducida expectativa en la región de que la Unión Europea pueda ampliar de forma representativa su importancia relativa en terrenos claves para que América Latina pueda superar los desafíos que enfrenta en la actualidad (donde, como vimos, Estados Unidos o China ocupan un lugar superior). En este sentido, los vínculos interregionales tenderán a subordinarse o a tener un valor secundario y, eventualmente, a reducir aún más su relevancia, frente a los condicionantes geopolíticos que se imponen lado a lado.
Asistentes de investigación: Lara Duboscq y Luis Martín Sosa
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1.
Actuaron como consultores externos de la encuesta: Paulina Astroza, Adrián Bonilla, Gerardo Maldonado, Alejandro Moreno, Pablo Paras, Roberto Russell, Ana María Sanjuan, María Herminia Tavares y Christopher Ventura.
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2.
El levantamiento fue hecho por la encuestadora Latinobarómetro entre el 10 de septiembre y el 4 de octubre de 2021 en línea y a través de paneles previamente construidos sobre los que se utilizó un muestreo por cuotas para seleccionar a los encuestados.
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3.
María Victoria Murillo: «Protestas, descontento y democracia en América Latina» en Nueva Sociedad N° 294, 7-8/2021, disponible en www.nuso.org
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4.
Los informes de 2021 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indican que la inversión extranjera directa (IED) de Europa pasa de 53% del total de la IED en América Latina en 2010-2014 y 51% en el quinquenio 2015-2019 a 38% en 2020. Es un porcentaje similar a la inversión de Estados Unidos en la región en 2020 (37%), habiendo sido en los lustros anteriores de 23% y 27%.
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5.
Guadalupe González, Mónica Hirst, Carlos Luján, Carlos A. Romero y Juan Tokatlian: «Coyuntura crítica, transición de poder y vaciamiento latinoamericano» en Nueva Sociedad N° 291, 1-2/2021, disponible en www.nuso.org
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